Cada vez que voy a Sevilla pienso que tengo volver más a menudo, pues sólo está a una hora de camino y realmente merece la pena.
Una ciudad fantástica.

Enmarcando la Giralda

Las Setas de la Encarnación como comúnmente se le conoce a esta estructura grandiosa, en pleno centro de Sevilla y que contiene un mirador panorámico de 360º para ver la ciudad desde 28 metros de altura.
Esta posición me permitió mostraros la Giralda en bandeja.

Desde abajo encontramos una plaza donde podemos encontrar tanto a los niños jugando, a los jóvenes patinando,  universitarios comiendo, o mayores descansando, a cualquier hora del día.
Este lugar me ha enamorado.

Paseando por la calle Sierpe podemos encontrar detalles como estos.

Una de las cosas que más me han llamado la atención de Sevilla desde pequeña, son los coches de caballos, que te puedes encontrar por cualquier lugar.

Y llegamos al majestuoso edificio de la Giralda a la cual subimos y pudimos contemplar una gran vista de toda la ciudad de Sevilla.

Por la tarde pudimos comprobar que la lluvia en Sevilla es una maravilla y nos cruzamos con el tranvía.

Comenzó a caer la noche y se fueron encendiendo las luces…

El Puente de Triana tan bonito de día como espectacular de noche.